lunes, 22 de diciembre de 2008

EL ESPIRITU DE LA NAVIDAD



Recorro las calles de mi barrio, voy mirando las tiendas a ambos lados de la calle, todo es color y brillo, arbolitos de Navidad de plástico, bolas de colores iridiscentes, nieve artificial, figuras de papa Noel inflables, guías de papel metal: doradas, plateadas, azules, rojas, verdes, moradas..., atractivas, casi, casi irresistibles, todo es luz y color. Imagino las calles céntricas de la ciudad, lo mismo, pero multiplicado por mil, multitudes abarrotando los centros comerciales y tiendas, todos apurados y desesperados, tarjetas de plástico temblando a cada compra, dinero que va y viene, comprando felicidad para nuestros seres queridos, la alegría de la Navidad es material, consumista,
Mientras iba caminando por la amplia acera que bordea la calle, voy observando no solamente los escaparates , también a las personas, algunos empujando el carro de la compra llenos de alimentos y bebidas destinados a celebrar la Navidad, otros llevando bolsas de compra con los regalos, para hijos, nietos, sobrinos, amigos..., algunos con cara de hastío, otros con cara de preocupación, los menos con una sonrisa, no tienen tiempo para sonreír, ni para dar lo buenos días, ni para ayudar a alguien que tropezó y se cayo desparramando los objetos comprados, tenemos prisa, (las horas van pasando y yo aun tengo que...! ya se levantará!, que lo ayude alguien!, pobre, que porrazo se ha dado!!!) es tiempo de Navidad. Yo, como solo voy de observadora, me acerco, recojo algunos de los objetos, pregunto si se ha hecho daño y observo la mirada desconfiada de la accidentada ( a ver si en lugar de ayudar lo que quiero es aprovecharme de la situación y robarle algo) que ni siquiera agradece la ayuda.
Sigo mi camino, soy caminante, observante.
Y mientras mis ojos van recorriendo el "paisaje", pienso en las palabras que durante esta época se repiten automáticamente. Pienso (y a la vez recuerdo) en las mesas repletas de comida y bebida, mientras mas haya más felices seremos. El periodo navideño comienza aproximadamente a las nueve de la noche del día veinticuatro de diciembre de cada año, acaba, el día veinticinco y al día siguiente ya empezamos a ponernos las pilas para celebrar que se acaba un año y que comienza otro. Pero, en realidad durante todo el mes vivimos acelerados por lo que se ha dado en llamar: EL ESPIRITU DE LA NAVIDAD, que no es otra cosa que la materialización de ilusiones.
Es un tópico, lo se, pero me pregunto adonde van tantas palabras:
hoy te abrazo calurosamente, te deseo que seas feliz, que tengas paz, bla, bla, bla.....pasado mañana, cuando el ESPIRITU DE LA NAVIDAD, vaya decayendo, habré olvidado mis buenos propósitos y deseos y no te perdonare y te traicionare, y te insultare, y te agrediré y....total ya me gaste mis buenos dineros regalándote algo, ya quede bien, ya cumplí con EL ESPIRITU DE LA NAVIDAD. La hipocresía, el egoísmo, la traición, la descalificación, el engaño, la mentira son cuestiones que están ahí, agazapadas, esperando que pase la Navidad.
Hoy te abrazo, mañana, en cuanto te descuides, te asesto un golpe demoledor.
Hoy te sonrío, mañana mi mirada será de odio y de desprecio.
Hoy, porque es Navidad, llego a vos con mi piel de corderito, mañana abriré el armario, y nuevamente vestiré de lobo feroz.
Hoy te deseo paz y felicidad, hoy seré buena gente, porque tiene que ser así, porque es lo que vos y todos los demás esperan que sea, mañana seré como realmente soy.
Si, lo se, hoy estoy acida, cada año que pasa, las mismas reflexiones, las mismas preguntas, las mismas desilusiones, las mismas decepciones...
Me gustaría que cada día del año sea Navidad, en el corazón, me gustarían menos regalos y mas actitudes, me gustaría mas solidaridad y menos egoísmo, me gustarían mas sonrisas, mas alegrías, mas sinceridad, mas dialogo, me gustaría en fin el despertar del HOMBRE NUEVO.
Y ahora viene la contradicción:
que tengas una FELIZ NAVIDAD!!!






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