sábado, 15 de noviembre de 2008

AMAZONAS




Amanecio un dia soleado, era uno de aquellos dias en que agradeces todo lo que se presenta en tu vida, eran las ocho de la mañana, el tren pasaba a las nueve, yo me tomaba mi cafe con leche y comia un trozo de pan que habia cortado para mi mi madre. hacia una hora que me habia levantado, ya tenia todo preparada, el bolso me esperaba impaciente en la puerta de la cocina y mi madre, tranquila como siempre se afanaba en sus tareas diarias a la vez que me decia: apurate, no te quedes ahi soñando, desayuna, mira que el tren no espera a nadie, mis doce o trece añitos, la ansiedad por empezar a disfrutar de aquellos dias de vacaciones, y la nostalgia que veia venir por alejarme de los mios, hacian que me quedara ahi, suspendida de una nube, con la mirada perdida
a la vez que curiosa, anhelante. Por un momento cerre los ojos y me vi en casa de mi amiga, que vivia a mas de trescientos kilometros de donde yo, la vi alli, en el anden de la estacion, recorriendolo en busca mia, su hermano pequeño pelirrojo, pecoso y muy travieso, detras de suyo...
A "trancas y barrancas" me fui terminando el desayuno, me levante de la silla, y le dije a mi madre: me voy a la estacion!!!, ella, dejo lo que estaba haciendo, se dirigio hacia mi y me abrazó, senti su olor una vez mas, ese olor a madre que jamas podre olvidar, su abrazo me dio animos, me saco de mi estado de inmovilidad, me transmitio energia, hubiera querido quedarme alli, entre esos brazos gordos y calientes, acojedores y tiernos, alli, oliendo su olor inconfundible que me transportaba a lugares insospechados. Ella me abrazo una vez mas, acaricio mis mejillas, me beso, con los ojos, volvio a apretarme contra su cuerpo y me dijo: dale hija, andate. Portate bien, y sobre todo, disfruta mucho de estos dias.
Que momento inolvidable, cuantos momentos inolvidables en compañia de mi madre..y de su olor y de sus manos callosas, cansadas pero siempre dispuestas para la caricia generosa y alentadora.
Me despedi de mis hermanos, el pequeño dormia placidamente , lo bese en la mejilla, fui a por mi bolso de viaje y despacio, (aun quedaba tiempo y la estacion estaba muy cerca de mi casa), me fui, mi madre, en la puerta de casa, me observaba alejarme, me di la vuelta, la salude una vez mas, ella entro a la casa yo, a la estacion.
Seis o siete horas de viaje, sirvieron para que yo me repusiera de la despedida y comenzara a hacer planes para pasar aquellos dias con mi amiga (y su insoportable hermanito!!!). Cerre los ojos para ubicarme en el escenario que me esperaba, los papis, los vecinos, las dos o tres casas cercanas , y el espacio verde ilimitado testigo de nuestras travesuras y correrias, sonrei encantada ante las imagenes de mis recuerdos anteriores. Disfrute por un momento de experiencias vividas en las vacaciones anteriores: nuestras cabalgatas a campo abierto, al trote, al galope, en aquellos caballos que el señor X tenia a bien prestarnos, siempre y cuando nosotras nos encargaramos de ensillarlos. La gente de campo, con su sencillez, su generosidad, su hablar pausado, sin prisas, placidos como el paisaje que los envolvia. El señor X con sus botas camperas, su "bombacha" negra, su cinto de cueros adornado con monedas, su facon a la cintura, su camisa de mezclilla, su gollilla al cuello...su sombrero, sus mejillas regordetas y rosadas y sus ojos...llenos de bondad y de cariño, en los que se reflejaba la alegria que le proporcionaba nuestra alegria. Siempre estaba dispuesto alli, en su terreno, en sus quehaceres, en su habitat, cuando nos veia llegar, le decia a mi amiga:ahhhhhhh, taras contenta che, ahora ya vino tu amiga!!! y acercandose a mi, estiraba su mano para cojer la mia, en un saludo respetuoso y considerado con la "señorita" de la ciudad!!! En aquellos tiempos los saludos eran diferentes...
Nos indicaba dos caballos de los nueve o diez que pastaban a campo abierto, teniendo en cuenta que fueran briosos, pero obedientes y considerados con las "amazonas".cojia dos riendas con el freno, se acercaba a ellos, les colocaba el freno uno a uno, y volvia, sonriente, tirando de ls riendas y diciendonos: ahora a ensillarlos gurisas. Poco a poco fui aprendiendo, tenia dos buenos maestros, porque el señor X, estaba alli, pendiente de lo que haciamos y mi amiga observaba cada uno de mis movimientos, y cuando veia que habia algo que no encajaba del todo, venia lo arreglaba, diciendome: che, te olvidaste de..... (interiormente yo me cabreaba conmigo misma, por haberme olvidado, pero por dentro una corriente calida de afecto, por aquella muchachita de campo a la que veia una o dos veces por año.)
Los caballos ya estaban preparados, resoplaban inquietos esperando las monturas, el señor X, dependiendo de la altura, nos ayudaba a montar, despacito, dabamos un golpe de talon en los ijares de los caballos, saliamos despacio primero, como para calentar la musculatura de nuestros corceles y poco a poco, otro golpecito y al trote, y al ratito, un golpecito mas y...a galopar!!!, El sol calentaba, el viento contra nuestras mejillas, el campo abria sus brazos y nos acogia, verde intenso, brillante, luminoso, con pequeñas lomas, entre las que nos perdiamos de la vista de nuestro amigo el señor X.
Mi viaje en tren continuaba, mis recuerdos tambien. Una mañana en que fuimos a por los
caballos, salimos al toke, yo iba distraida, mi corazon saltaba de alegria, estaba entregada, y no veia otra cosa que el horizonte que se abria ante mis ojos, tan verde, tan extenso, tan seductor!!!!.Mi caballo comenzo a caminar, mi amiga, me adelanto unos pasos para pasar la portera, yo, entusiasmada con la cabalgata y el ambiente que se respiraba a esas horas mañaneras, anhelante y ansiosa y7feliz, no vi el alambre a la altura de mi cuello y bajo el que tantas veces habiamos pasado para salir a campo abierto.Fue un momento de distraccion que pudo costarme la vida. Senti el golpe seco y doloroso en el cuello, por un momento me quede sin respiracion, ahogada, a punto de desmayarme,inconciente casi, me encogi, me queje pegando un pequeño grito, el caballo se habia parado en seco, me salvo la vida...
Mi amiga, al oir, mi debil quejido, paro su caballo, se giro y me vio ahi, encogida, si poder hablar,casi cianotica,casi desfalleciente, anulada toda posibilidad de decir. Fue un momento, contado en terminos de segundos, casi nada para un observador, para mi una eternidad casi... Poco a poco me fui reponiendo, recobre el habla con dificultad, y con la mirada señale el alambre a mi amiga, que estaba ya a mi lado espantada y preguntandome que me ocurria. Al ver mi gesto, abrio los ojos como queriendo decir: te entiendo amiga, te distrajiste, te olvidaste de que tenias que encojerte un poco para pasar...la mire, asenti con la mirada y ya un poco mejor, sonrei, como pidiendole disculpas por haberla asustado por mi distraccion. Nos quedamos ahi, sin decir nada, el señor X estaba dentro del galpon, haciendo sus cosas, esta vez no se habia quedado observando nuestra partida. Confiado, contento y feliz por vernos tan decididas y felices a la vez. Me recupere y cuando pude hablar le dije a mi amiga: casi me mato!!! Ella tenia sus ojitos llenos de lagrimas, tambien se asusto!! Me dijo que nos bajaramos de los caballos a lo que yo respondi: no, ya esta, ya paso, vamonos!!! Ella me miro y al verme sonreir sonrio tambien, y me dice: casi no contas el cuento!!! jajajaja.
Y asi, casi sin darle importancia al momento, dimos una talonada, esta vez agache la cabeza y cuando la levante, una vez mas el horizonte que se abria ante nuestros ojo, invitandonos al despliegue de nuestra alegria, mi amiguita a mi lado, esta vez no me adelanto, estaba cuidandome, protegiendome, demostrando asi que yo le importaba...

2 comentarios:

nube gris dijo...

Continúo diciendo o mejor dicho, pensando: “Que bueno todo lo que nos deja Nem”. ¿Eres escritora?. Me encantan tus relatos y sin tener nada que ver con mi vida, logras que me vengan recuerdos, sensaciones, olores de mi infancia y tantas cosas buenas y queridas, que vale la pena leerte. Así que gracias por estos ratos de lectura que nos ofreces gentilmente.

Nem dijo...

gracias a vos por leerme y dejarme estos comentarios tan alentadores. No no soy escritora solo soy una contadora de experiencias vitales.