sábado, 1 de noviembre de 2008

LA BICICLETA Y YO



En el teatro del recuerdo, vagan incansables imagenes y escenas de aquella epocas felices y despreocupadas de mi vida recuerdo con exactitud, cada uno de los detalles y hasta la escenografia que servia de fondo a las aventuras de mi infancia, a veces me pregunto si las personas con las que compartia aquellos momentos tambien dejan volar su mente hasta alli.

Compartia juegos y distracciones, lecturas y conversaciones con mis hermanos menores, pocos recuerdos tengo en cambio,de escenas vividas con mis hermanas, ellas eran mayores que yo, no mucho, pero sus intereses no estaban donde los mios. Canicas, pelotas,pistolas,palos,peleas,escondites, y lo mejor de todo: una bici que hacia las delicias de aquellos tiempos en los que el juego y el disfrute eran el leif motiv de mi vida.

Mi padre habia comprado una bici a mi hermano mayor, era una bici para chico, de esas que tienen un hierro que te impide una posicion comoda para llevarla, yo, apenas tendria seis o siete años, mi estatura me impedia montar en aquel trasto, que me quitaba el sueño y que me llamaba a la gran aventura de conducirla. Daba vueltas a su alrededor, la miraba, la observaba, la acariciaba con los ojos y con las manos, su color azul me deslumbraba y me atraía, lo prohibido estaba alli esperando, cada dia, y cuando con envidia malsana, veia a mi hermano montarla y salir a hacer algun recado, o simplemente a pasear, mi corazoncito infantil se encogia como las antenas de los caracoles cuando al ser tocadas se repliegan y hacen que el bicho se meta dentro de su caparazon, asi mi corazon se arrugaba, se contraia y el deseo se hacia mas imperativo que nunca.

No se me ocurria pedir ayuda, el orgullo y la soberbia me impedian decirle a mi hermano:quiero montar en la bici, ayudame por favor!!Ese orgullo que a veces y aun hoy, me impide pedir ayuda convencida de mi autosuficiencia, y apoyada en mi ego que tantas veces se hacer dueño y señor de mis procederes.

Aquella bici aparecia en mis sueños, me veia pedaleando rapida, feliz de que , por fin! podia disfrutar de aquella maravilla de dos ruedas. Era tal la felicidad de mi sueño, que no solo podia andar por las calles, no, hasta podia volar, hacer giros y movimientos rapidos y arriegados en el espacio; yo reia, gritaba, cantaba y era tan feliz, que cuando me despertaba sudando y rendida por el cansancio de tanta voltereta, volvia a cerrar los ojos buscando nuevamente el sueño que hacia realidad mi deseo incontrolado de montar en la bici. Hoy, despues de tantos y tantos deseos incontrolados, tambien sueño y los hago realidad, aunque el despertar sea otro.

Por fin, un dia, mi padre que me observaba quiza desde el primer momento en que aparecio la bici en mi vidita, y que veia mas alla de mi deseo y de mis ansias, me dijo: querés aprender a andar en esta bici, aunque sea de varón? Ayudame dios mio a controlar los latidos de mi niño corazon!!, ayudame a controlar la flojera de mis piernecitas infantiles, ayudame a controlar el deseo de decir un SI mas grande que todo el universo!! y dame serenidad, para aceptar dignamente tal ofrecimiento!!!

Era tan facil!!, como no me di cuenta antes! dios, que poca imaginacion!!, solo tenia que meter mi escualida pierna derecha por debajo del hierro que hasta ese momento era el verdadero escollo que me separaba de la plenitud. No perdi el tiempo en caerme, no perdi el tiempo en sopesar las dificultades que el ir de "medio lao"; torcida, incomoda y atemorizada segui las instrucciones de mi viejo, que durante los primeros pedaleos iba agarrando la montura de la bici le di con fuerza a los pedales, recorde mis sueños de noches anteriores y me lanzé rauda, decidida y arriesgadamente ( como tantas veces en mi vida) hacia lo desconocido y deseado. Mi padre se quedo parado, mirándome, sorprendido, riendo y gritandome: tene cuidado!!, anda despacio!! yo no oia mas que el ruidito de las ruedas de la bici desplazandose sobre el suelo, mis piernecitas flacuchas pero fuertes, entrenadas por tanto correteo, y acuciadas por el deseo incontenible de tantos y tantos dias de miraditas y adoracion, se empeñaban, hacian fuerza, mientras quedaban negritas por el roce con la cadena aceitada. Fue maravilloso... que tiempos aquellos en los que podias hacer realidad un sueño, solo con decir Si a tu viejo, a tu madre, o a uno de tus hermanos.

Ahora ya me sentia mejor con mi hermano, el me dejaba de vez en cuando la bici, y yo, torcida, incomoda, "de lao", disfrutaba de aquellos maravillosos momentos. Mas tarde, pasado algun tiempo, mi hermano y yo asombrabamos a mi madre, a mi viejo y a todo el vecindario haciendo pruebas de circo que arrancaban los oh!!! de admiracion de aquellos seres que tanto nos querian!

Hasta mi abuela, que solia pasar temporadas en nuestra casa, se convertia en espectadora de nuestras funciones cirqueras.

En aquella epoca aprendi muchas cosas...

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